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Rasca que te rasca

lunes, 16 de noviembre de 2009
¿Pequeños placeres? No, más bien diría placeres cotidianos que nos dan grandes satisfacciones desde que el hombre es hombre. En concreto hablaré de uno de ellos; rascarse.
Es evidente que para que rascarse sea un placer ha de haber una sensación previa, el picor. Éste puede ser más o menos intenso pero lo que aumentará el deseo de rascarse es sin duda el tiempo que nos lleve atormentando. Además, también interviene la circunstancia que propicie el entorno o la situación. A nadie se le ocurre rascarse un pie mientras conduce (bien vale, alguno habrá) o hurgarse los pliegues del escroto en presencia pongamos como ejemplo de cualquier persona que ostente ante nosotros cierta autoridad o jerarquía.
Quiero poner de manifiesto que el propio lenguaje, en su registro más coloquial, nos pone en antecedentes. Valga como prueba frases como " y a ti que te pica" cuando queremos dar a entender al otro que exponga sus quejas o causas de su evidente malestar o "se ha picado" con la significación clara de que su reacción ante un hecho es más bien debida al deseo de demostrar al otro su capacidad de respuesta airada si llegase el caso.
Sin divagaciones, picor implica malestar y contra ello nada mejor , y por cierto único remedio, que rascarse. Como es gratis y al alcance de todos, salvedades hechas unas líneas arriba lo convierten más que en un remedio en un placer. Nadie se ha muerto de picor pero a quien no le ha afectado alguna vez la actividad de de esos sensores que tenemos en nuestra piel. Insectos, ciertas enfermedades (mención especial para alergias cutáneas, la madre que las...) o roces con elementos urticantes ( plantas e incluso la molesta etiqueta de la ropa que alguna vez arrancamos con saña pon este motivo) hacen del picor una de las sensaciones táctiles más presentes en nuestras vidas. Pues a rascarse, no queda otra.
Tras esta "disertación" sobre el picor te preguntarás, ¿y a ti que te pica tanto como para haber escrito esto? La barba; me la estoy dejando , llevo 12 días sin afeitarme, y pica que no veas. Me pongo crema hidratante pero ni aún con esas. Ya he tenido la "gilette" en la mano en varias ocasiones y he amenazado a mi barba con darle lo suyo pero claro, el picor no se amedrenta y sigue con su perversa faena. Digo perversa porque cuando más te rascas más pica. Acabas con el agua fría, la crema y la pregunta de si merecerá la pena. Total, me dejo la barba para: 1º Parecerme más agreste cuanto me miro al espejo pues me veo un pelín blando; 2º Ocultar mi papada, que aunque no es muy abultada amenaza con sepultar a la nuez. Mezquinos propósitos pero, el cuerpo es mío y hago (entre ello rascarme) lo que quiero. Ojo; la opinión de los demás también cuenta. Que si tu pareja se queja de que le salen granitos cuando te arrimas, que si tu suegra cuando te ve ahora te da la mano, que si tus sinceros sobrinos (niños por ahora) te dicen eso de ¡ pinchaaas !. Es pocas palabras la barba te pica a ti y a los demás. Por si fuera poco mi abuela siempre dice que es de marranos e incluso he oído que los hay que están convencidos que los barbudos son personas que ocultan algo (los ZZtop, Rajoy, un talibán cualquiera, los taberneros irlandeses...).
Como soy hombre de conclusiones, ahí va la mía; ejercer vuestro derecho a rascaos y consolaros pensando que a "Beyonnce" también le pica el culo de vez en cuando (no todo entero que si no...) y que a la reina de U.K. cuando tras llevar mucho rato la faja al quitársela se rasca con gusto.


¿Pequeños placeres? No, más bien diría placeres cotidianos que nos dan grandes satisfacciones desde que el hombre es hombre. En concreto hablaré de uno de ellos; rascarse.

Es evidente que para que rascarse sea un placer ha de haber una sensación previa, el picor. Éste puede ser más o menos intenso pero lo que aumentará el deseo de rascarse es sin duda el tiempo que nos lleve atormentando. Además, también interviene la circunstancia que propicie el entorno o la situación. A nadie se le ocurre rascarse un pie mientras conduce (bien vale, alguno habrá) o hurgarse los pliegues del escroto en presencia pongamos como ejemplo la presencia de cualquier persona que ostente ante nosotros cierta autoridad o jerarquía.

Quiero poner de manifiesto que el propio lenguaje, en su registro más coloquial, nos pone en antecedentes. Valga como prueba frases como " y a ti que te pica" cuando queremos dar a entender al otro que exponga sus quejas o causas de su evidente malestar o "se ha picado" con la significación clara de que su reacción ante un hecho es más bien debida al deseo de demostrar al otro su capacidad de respuesta airada si llegase el caso.

Sin divagaciones, picor implica malestar y contra ello nada mejor , y por cierto único remedio, que rascarse. Como es gratis y al alcance de todos, salvedades hechas unas líneas arriba lo convierten más que en un remedio en un placer. Nadie se ha muerto de picor pero a quien no le ha afectado alguna vez la actividad de de esos sensores que tenemos en nuestra piel. Insectos, ciertas enfermedades (mención especial para alergias cutáneas, la madre que las...) o roces con elementos urticantes ( plantas e incluso la molesta etiqueta de la ropa que alguna vez arrancamos con saña pon este motivo) hacen del picor una de las sensaciones táctiles más presentes en nuestras vidas. Pues a rascarse, no queda otra.

Tras esta "disertación" sobre el picor te preguntarás, ¿y a ti que te pica tanto como para haber escrito esto? La barba; me la estoy dejando , llevo 12 días sin afeitarme, y pica que no veas. Me pongo crema hidratante pero ni aún con esas. Ya he tenido la "gilette" en la mano en varias ocasiones y he amenazado a mi barba con darle lo suyo pero claro, el picor no se amedrenta y sigue con su perversa faena. Digo perversa porque cuando más te rascas más pica. Acabas con el agua fría, la crema y la pregunta de si merecerá la pena. Total, me dejo la barba para: 1º Parecerme más agreste cuanto me miro al espejo pues me veo un pelín blando; 2º Ocultar mi papada, que aunque no es muy abultada amenaza con sepultar a la nuez. Mezquinos propósitos pero, el cuerpo es mío y hago (entre ello rascarme) lo que quiero. Ojo; la opinión de los demás también cuenta. Que si tu pareja se queja de que le salen granitos cuando te arrimas, que si tu suegra cuando te ve ahora te da la mano, que si tus sinceros sobrinos (niños por ahora) te dicen eso de ¡ pinchaaas !. Es pocas palabras la barba te pica a ti y a los demás. Por si fuera poco mi abuela siempre dice que es de marranos e incluso he oído que los hay que están convencidos que los barbudos son personas que ocultan algo (los ZZtop, Rajoy, un talibán cualquiera, los taberneros irlandeses...).

Como soy hombre de conclusiones, ahí va la mía; ejercer vuestro derecho a rascaos y consolaros pensando que a "Beyonnce" también le pica el culo de vez en cuando (no todo entero que si no...) y que a la reina de U.K. cuando tras llevar mucho rato la faja al quitársela se rasca con gusto.

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