Normalizados.
Andaba el hombre binario atareado en sus que haceres cuando se vio asaltado por una locutora de una Tv. local. Tras el susto inicial nuestro amigo pensó que no todos los días te miran miles de personas mientras comen, se duermen o vaguean frente a la tele. Allí estaba él crecido ante la adversidad. A la pregunta si era muy exigente a la hora de juzgar la belleza de su pareja respondió:
- Pues lo normal, ni mucho ni poco.
La siguiente pregunta, al hilo del tema, fue:
- ¿qué es lo que más cree que valora su pareja de usted?
- No sé, que soy un hombre normal, respondió.
- ¿le gustaría cambiar algo de su pareja?
- No, porque habría de cambiar algo si es mi mujer.
- ¿le gustaría cambiar algo de usted?
- Ella también está contenta conmigo. Somos una pareja normal.
Ilusionado con la entrevista preguntó cuando salía en antena. Esperó ansioso a que llegara el momento y creando a su mujer gran expectación le dijo:
- Para que veas, como te va dejando tu marido por ahí.
La esposa escuchó con atención. Una vez acabada la entrevista él le pregunto a ella que le había parecido. Esta fue su respuesta:
- Lo normal, bien.
- Sólo lo normal, sin más. Ya te vale, le espetó a su mujer.
- Es tu palabra preferida ¿no?, lo normal.
- ¿y que hubieras dicho tu , lista?; respondió airado él.
- Yo creo que cuando se habla de estos temas la palabra adecuada es especial y no normal.
- ¡Tú si que eres especial, pero del todo!; respondió con sorna el televisado patán.
- Va a ser que sí, para bien o para mal soy como soy y eso te tenía que valer.
- ¡Es lo que he dicho!,¿no?; tornando a iracundo por momentos nuestro binario.
- De eso nada; tu has dicho que no cambiarías nada porque soy tu mujer no porque me consideres única y irrepetible.
- Me estas liando (y por lo tanto cabreando, mucha controversia para nuestro frustrado galán) pero bien. No hay quien entienda nada. Claro que eres única, ni que las tuviera a pares...y ¡anda! que como hubiera muchas tan raras como tú...
¡Ah!.. y se dice e irrepetible; dijo él.
Ella harta del garrulo (hombre zafio y cafre donde los haya) se marchó de la habitación dando un portazo a lo que él respondió voz en grito:
- ¿Pero te parece esto normal?; Y para sus adentros pensó que no hay quién las entienda.
Podría valernos como ejemplo de como las cosas se lían por nada pero... ¿y si va a resultar que lo que subyace es lo que verdaderamente tiene importancia? Entremos en ello:
Lo normal ¿y que es lo normal? Tal vez lo habitual, o tal vez lo común en el entorno social al que estemos circunscritos. Para mucha gente, entre ellos nuestro amigo, lo normal es lo único posible entre otras cosas porque es lo único que se les ha ocurrido. Corrijo, que les han inculcado bien a las bravas o bien con sutiles muestras de lo que les ocurre a los que no son normales y osan ser ellos mismos. Claro que para que esto funcione el colectivo de los normalizados deben de ser intolerantes con todo aquello que no es... ¡lo normal!. Así que menos campañitas por la tolerancia de tal o cual colectivo y más ser nosotros mismos (en acuerdo o en desacuerdo con los otros). ¡Ojo! tampoco caer en lo patológicamente original; frikis, geeks y demás. Peculiaridades si pero sin exaltación del yomismismo exclusivo. Que sí, que sí, que podemos estar desacuerdo con ciertas posturas grupos de gente muy numerosa. Eso es posible, lo que ya no es tan deseable es que esas posturas provengan siempre de los mismos y la potestad de cambio o modificación recaiga en esa oligarquía de líderes de pacotilla más o menos arropados por los intereses de los que verdaderamente controlan el cotarro (normalmente los que nos venden, y nos cobran caro, un estilo de vida).
Ejemplo de la diatriba anterior:
Coca-cola ha sacado su coca-cola zero para los machotes que no quieren engordar. Si te la tomas light y eres tío, cuidadín que podrías ser un bujarrón. Y aunque los homosexuales beben coca-cola como cada hijo de vecino a los heteros les marca el inconsciente colectivo que ante todo machotes, delgaditos pero machotes. No es una deducción mía... sino que esto mismo lo pensaron un sesudo e hipe remunerado grupo de expertos de marketing de la ya mencionada marca. Ahora lo normal es estar delgado pero sin perder la masculinidad... Es sólo un ejemplo, que conste; que aunque se lo merecen no son los únicos ni los que más intentan manejarnos, Coca-cola se busca la vida. No es culpa suya que seamos tan vagos y/o cobardes a la hora de desmarcarnos aunque como digo son ellos y otros muchos los que se aprovechan de nuestras negligencias como entes pensantes y autónomos, parcialmente aborregados eso sí; para gloria de ¡lo normal!.


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